JAN POTOKI - MANUSCRITO ENCONTRADO EN ZARAGOZA
El Manuscrito encontrado en Zaragoza comienza con una Advertencia de un oficial del ejército napoleónico, donde se cuenta que el manuscrito que se da a conocer fue encontrado en una casa abandonada. Según el oficial, estaba escrito en castellano, idioma que entendía superficialmente, pero tuvo la fortuna de ser tomado prisionero por los españoles, uno de cuyos capitanes le dijo, tras hojear el manuscrito, que allí se mentaba a un antepasado suyo. El prisionero, pues, le pidió al capitán que le leyera el libro, y a su dictado, el oficial lo transcribió en francés. Así entra el lector en un juego espectacular que conduce al desdibujamiento de la realidad, o mejor, al convencimiento de que la realidad no es otra cosa que una versión desprolija de la ficción. El protagonista se pierde en una región siniestra, tiene un encuentro con dos hermanas luego que dan las campanadas de medianoche, y se despierta más tarde en un cadalso, flanqueado por los cadáveres de dos bandidos ejecutados por orden del rey. A lo largo del libro, las hermanas asumen la forma de gemelos, los bandidos resultan no haber muerto, hay alquimistas, astrólogos y cabalistas, poseídos, gitanos y anacoretas, pero cada relato se articula en torno a los mismos elementos estructurales. Si el primer relato es un cuento de fantasma, el segundo, conectado con el primero, hace ya dudar acerca de qué versión es la creíble, y el tercero desencaja cualquier conclusión provisional que el lector haya tomado.
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